Hoy en día estamos acostumbrados a escuchar muchos conceptos relacionados con el desarrollo personal, la psicología, la educación… Pero algunos de ellos se nos escapan. En estos párrafos vamos a intentar aclarar qué es la inteligencia emocional y por qué es necesario trabajarla en los niños.

Diversos autores han estudiado la inteligencia emocional (IE), entre ellos Daniel Goleman.  Este autor define claramente lo que entendemos por IE: “la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones”.  La IE requiere el dominio de diversas habilidades que podemos aprender a lo largo de nuestra vida, de manera formal, en la escuela por ejemplo,  y de manera informal, en nuestro día a día en el hogar.

Los niños aprenden muchos de sus comportamientos por imitación de los adultos. El papel de la familia es fundamental para que los pequeños desarrollen competencias emocionales saludables; afrontar sus miedos, solucionar conflictos, controlar su ira, superar la tristeza… dependerán en gran  medida de la forma en que se afronten en casa. La idea no es sobreproteger al niño y evitar que pase por momentos emocionalmente negativos, sino que aprenda a sobreponerse.

Y un punto clave para poder canalizar estas emociones es identificarlas. No debemos anticiparnos e intuir lo que le pasa, hay que fomentar la EXPRESIÓN de sus estados y, sobre todo, RESPETARLOS, darles confianza, ponerse en su lugar y animarles en su autonomía. En su mundo infantil, le produce tristeza perder su juguete favorito, la misma tristeza que a los adultos les puede producir otra situación. La tristeza existe realmente y no debemos ironizar con ella ni ignorarla, a ellos les duele igual que a nosotros que no le dieran importancia a aquello por lo que estamos tristes. ¿Nos sentiríamos bien si alguien nos dijera que el motivo de nuestra tristeza es una estupidez? Cuidado con estas cosas. Os voy a poner un ejemplo personal. Alejandra tiene 2 años y 7 meses. Siempre ha tenido un especial miedo por los “cochecitos”, tiovivos y aparatos que se  mueven. No tenía ningún problema en montarse, pero no quería que se pusiera en marcha. Poco a poco ha ido superando ese miedo, nunca la obligamos a subir si no quería y cuando lo hacía la animábamos un montón. Ella misma bajaba orgullosa de haberlo conseguido, se había superado a sí misma.

La importancia de la IE es incuestionable, poder expresar los sentimientos libremente puede evitar que a largo plazo se desarrollen problemas emocionales, como depresión o ansiedad, y que seamos más empáticos con los demás.

Daniel Goleman define actitudes que se dan en personas emocionalmente inteligentes:

–        Muestran automotivación

–        Expresan y conocen sus emociones y reconocen y valoran las de los demás

–        Son perseverantes a pesar de las dificultades y los obstáculos de la vida

–        Poseen autocontrol ante los impulsos y los deseos de compensación emocional

–        Tienen empatía y comprensión ante las necesidades de los otros

–        Mantienen la esperanza y el positivismo

Así, si sabemos lo importante que es que nuestros niños desarrollen competencias emocionales saludables, debemos poner mucha atención en casa y, además, incluirlo en el currículo oficial en la escuela. De hecho, en el colegio ya se hace. Fundamentalmente en horas de tutoría y en el día a día con los alumnos, los profes trabajan todo este tipo de capacidades.

Por último, una idea. Existe una gran variedad de libros infantiles que trabajan las emociones, la motivación y las relaciones con los otros. Entre otros, Begoña Ibarrola con sus “Cuentos para sentir. Educar las emociones” y “Cuentos para sentir 2. Educar los sentimientos” fundamentalmente para niños de Segundo ciclo de Infantil y Primaria.  También “El ideario de los sentimientos de Félix”, éste para más pequeños. En las bibliotecas municipales, en la sección infantil, encontraréis multitud de libros relacionados con estos temas, algunos de ellos incluso con guía para padres. La lectura de libros con personajes que tienen los mismos sentimientos que nosotros hace que surjan diversas ideas para afrontarlos, superarlos y/o gestionarlos.

Un tema interesantísimo, ¡¡sin duda!!

Azucena Ponce