Qué palabras tan bonitas y qué importante es que nuestros hijos aprendan a ofrecer y pedir ayuda a los demás. No es la primera vez que hablamos de la importancia de pasar tiempo juntos, tiempo de calidad, en el que disfrutemos unos de otros. En el día a día nuestras rutinas de adultos nos ocupan bastante tiempo pero, ¿por qué no hacer participar a los niños en algunas de ellas? Cuando este fin de semana, mientras preparaba la comida, la peque me ofreció ayuda pensé ¿y por qué no? El momento de preparar la comida es perfecto para compartir con nuestros hijos. Harina, huevos, pan, carne, azúcar, masas… son elementos fantásticos para manipular. Cuidado con sartenes, ollas, aceites, cuchillos y demás cosas peligrosas, esas lejos de su alcance.
¿Qué beneficios tienen este tipo de actividades? Entre otras cosas,
– Les permite manejar diferentes texturas, temperaturas y materiales que favorece su desarrollo motriz fino.
– Les implica en las responsabilidades cotidianas.
– Favorece la motivación hacia este tipo de tareas al manejarlo como algo lúdico.
– Comer algo cocinado por ellos hace que coman mejor.
– Aprenden a ofrecer ayuda a los demás.
Poneros un delantal, consigue un escalón para que llegue a la encimera de la cocina y ¡a disfrutar!
Azucena Ponce