La reincorporación a la vida laboral después de la maternidad es toda una proeza. En mi caso personal las primeras separaciones fueron desgarradoras, con un nudo en la garganta y el estómago importante. Al principio uno está con la cabeza dentro y fuera, tengo que acabar esto, no compré pañales, ¿cómo estará mi niña?, voy a intentar concentrarme, tengo que comprar verdura, … La cantidad de agobios y sentimientos de culpa que sienten muchas madres es algo que caracteriza a las primeras separaciones.

Sin embargo, bien llevadas, pueden ser también momentos de enriquecimiento mutuo, en el que los reencuentros son mágicos.

Pero, ¿por qué esta dificultad de separación?

El vínculo afectivo es una relación muy poderosa. Sería algo así como un hilo imaginario que nos une y que con el tiempo cambia de color, de grosor, de forma… pero siempre permanece. Nuestros hijos/as van progresando, van dando «pasitos» en su desarrollo y nosotras tenemos que ir acomodándonos a esos cambios. Luego en el desarrollo hay un impulso por crecer, por ser cada vez más autónomos, y es esta fuerza la que tenemos que aprovechar para que las separaciones sean sanas y oportunas.

¿Cómo van creciendo nuestros hijos? Partimos de una fusión total, no somos dos, somos uno. El momento inicial es como un enamoramiento, no hay diferencias, uno está embelesado con el otro… No entra nada ni nadie más. Pero poco a poco, tanto el niño como la madre, empiezan a tener otras cosas en la cabeza. El niño quiere conocer el mundo, se mete todo a la boca, descubre, sonríe, mira, observa, se sienta, gatea… Y la madre hace cada vez más cosas aparte de cuidar al bebé…  Y esto es algo que a los hijos nos cuesta aprender; dicen que la tarea del hijo es darse cuenta que la madre no es de su propiedad, que tiene más cosas en la cabeza.

Por lo tanto, ayudemos a nuestros hijos a tolerar esas pequeñas frustraciones que suponen las pequeñas separaciones de la familia y busquemos determinados espacios para desarrollar nuestro deseo, lo que hará que estemos mejor preparadas para la maravillosa y difícil aventura de la crianza de los hijos.

En estos días iremos hablando de cómo hacer esas separaciones y qué método elegir según nuestras circunstancias.