Pero qué importante es dormir bien… nos ayuda a coger fuerzas, a descansar la mente y a enfrentarnos al día con energía y optimismo. Cuántas veces habremos escuchado en casa que un buen sueño «alimenta» igual que un buen plato de comida y qué verdad es… Así, todos queremos que desde bien pequeños pasen las noches sin contratiempos, de un tirón. Y nos empeñamos en conseguirlo. Pero CUIDADO, el sueño infantil es muy diferente al sueño adulto y tenemos que tenerlo en cuenta.

1. Un niño necesita más horas de sueño. Fíjate en el tiempo que pasan dormidos los bebés recién nacidos… casi la mayor parte del día.

2. Durante el sueño, crecen y se instauran procesos de aprendizaje. 

3. No son capaces de conciliar el sueño, cuántas veces hemos visto a niños muertos de sueño, que se frotan los ojos, protestan… y no son capaces de “irse a dormir”.

No nos empeñemos en avanzar deprisa, solo conseguiremos crear un mal hábito y acabar de los nervios. Como cualquier aprendizaje, necesita su tiempo. Os dejamos unas orientaciones para, sin duda, el año más duro:

Recién nacidos

La alimentación y el sueño están ligados. Será capaz de dormir en cualquier situación y a cualquier hora: en su carrito, en una terraza, con los ruidos de casa y de la calle… Empieza a acostumbrarte a hacer siempre lo mismo para dormir,  introduce un ritual de sueño. Cuando ya ha comido y ha expulsado los gases, se ha mantenido activo un ratito mirando todo… le vendrá el sueño. Si es de día, no cierres todas las persianas ni provoques silencio absoluto. El ruido casero y la luz tenue, será suficiente. De noche después del baño, un masaje o caricias relajantes antes de una toma facilita el sueño. Verás que con el tiempo estará más despierto y activo, tendrá unas horas concretas con más sueño (siesta a media mañana, a media tarde, 5 horas seguidas por la noche…), que os servirán para organizaros en el día a día, con las comidas y las salidas de casa.

A partir de los 3-4 meses

Ahora toca mantener todo lo instaurado en los primeros meses y adaptarse a los nuevos cambios: se mantiene más activo y despierto. Aprovecha el baño para disfrutar de un rato relajado para todos, le ayudará a cenar mejor y ,ñas tranquilo. Antes de acostarlo deja que repose la comida, la lectura de un cuento corto con imágenes, un juego tranquilo, canciones para dormir… Alrededor de los 7 meses comenzarán con la salida de los dientes, algunos incluso antes. Quizás se despierten más veces y más alterados,  acompaña, tranquiliza y ten paciencia. A lo largo del día seguirá con sus siestas, quizás alguna haya desaparecido (la de media tarde seguramente) pero es muy importante la de después de comer, esa no debe perderse en bastante tiempo. Este descanso les permite disfrutar de la tarde, de lo contrario se mostrarán cansados antes y la tarde se hará “cuesta arriba” para todos.

A partir de los 7-8 meses

Ahora los períodos de actividad se hacen más largos, querrán permanecer más tiempo despiertos, incluso a veces se negarán a acostarse. Descubren a su alrededor multitud de estímulos, ¡¡son incansables!! Sigue manteniendo las rutinas de siempre, ahora con un poco de flexibilidad y anticipación. Antes del baño  avísale que en un rato se irá a bañar, deja que juegue con sus cosas en el agua y que te ayude en la cocina, si es muy pequeño que te acompañe. Después de la cena un juego relajado, un cuento y a la cama. Cuando llega el verano nuestros horarios y costumbres cambian un poco. Intenta ser flexible pero no olvides mantener un orden en las rutinas, por su seguridad y tranquilidad.

¿Cuándo en su habitación?, ¿Cuándo una cama?

Cada familia valora cuando es el momento de pasarlo a su habitación o cambiarlo a la cama. ajustándose a las necesidades y prioridades de cada uno. Algunos, practican colecho y es el pequeño quien decide irse a su habitación. Otros, prefieren pasarlo en cuanto duerme muchas horas seguidas por la noche. Otros, por problemas de espacio tienen que organizarse con hermanos… Todas respetables, siempre y cuando se tenga claro cómo se quiere actuar y el pequeño sea atendido saludablemente. Cuando decidas pasarlo a su habitación o cama ten en cuenta que:

– no coincida con una situación nueva o cambio en la familia (comienzo del cole, hermanito, quitar pañal…)

– es un logro a reforzar y una mala experiencia le puede hacer «coger miedo» (utiliza barras protectoras en la cama para evitar caídas, cuidado con la decoración del cuarto y la luz que pueda generar sombras…)

Azucena Ponce