Carlota

Carlota

Carlota es otro ejemplo de profesionalidad trabajando con Enbrazos. Cuando nos conocimos ella venía con una exitosa carrera profesional dedicada al secretariado de dirección y una enorme vocación por el mundo educativo infantil. Ahora Carlota se dedica en cuerpo y alma a ayudar a diferentes familias en la crianza de sus hijos. Desde bebés recién nacidos y sus primeros días en casa, hasta niños más mayores en la estimulación de sus diferentes áreas de desarrollo.

En continua formación, con amplia experiencia en servicios particulares variados y unas referencias extraordinarias, Carlota habla de este trabajo con ilusión y motivación. Conocer su experiencia es entender cómo en casa se pueden trabajar multitud de aspectos con una persona adecuada y preparada para ello. ¡Aquí os dejamos su testimonio!

Carlota, ¿cuánto tiempo has trabajado con esta última familia y cuál es tu balance?

14 meses. El balance es muy positivo. Manteniendo desde el principio una relación con la familia basada en la confianza y respeto mutuo, así como de admiración por mi trabajo con su hijo.

¿En qué ha consistido y consiste tu día a día con ellos? ¿Qué tipo de cosas sueles hacer con los niños?

Mi jornada laboral consta de 9 horas (de 08:00 a 17:00hrs) de lunes a viernes así como diferentes fines de semana y festivos. Diariamente, mi tarea se centra «exclusivamente» en cubrir tanto las necesidades básicas del niño en sus diferentes apartados (nutrición, higiene y salud), así como de estimularle adaptando siempre dichos estímulos a sus niveles de crecimiento físico y psicológico. Éstos, los diversifico constantemente con ejercicios y tareas de aprendizaje de manera que por ejemplo en su etapa actual de 17 meses, desarrolle correctamente el equilibrio, la coordinación de diferentes partes del cuerpo, el lenguaje, juegos (construcción de torres, primeros garabatos, canciones,  etc.). Por otra parte, desde muy pequeñito le estoy introduciendo en el gusto por la lectura y música tanto en casa como a través de visitas semanales a la biblioteca (bebeteca) y aulas de música. Por supuesto no faltan nuestros largos paseos y juegos en el parque! Aprovecho sus descansos para elaborar sus menús diarios, ordenar y organizar su zona de juegos…

Desde tu punto de vista, frente a otros trabajos, ¿qué ventajas e inconvenientes tiene el trabajo con las familias? 

En mi caso al ser vocacional, «casi» todo son ventajas. Destacaría en el apartado de las ventajas el vínculo de afecto y cariño que se crea con el niño, así como la satisfacción diaria derivada de los progresos que a diario se producen en él. En el apartado de las desventajas, la gran responsabilidad que implica hacerse cargo de la vida de estos niños en ausencia de sus padres.

Para ti, el trabajo con niños a nivel personal, ¿qué te aporta?, ¿qué destacarías?

Desde muy pequeña sentí la vocación. Era una necesidad para mí permanecer en constante contacto tanto con bebés como con niños en cualquier edad de crecimiento. Me «equivoqué» de Universidad, pero a pesar de desarrollar diversas tareas en diferentes campos, nunca descarté dedicarme exclusivamente a esta actividad. De hecho,  ya cuidaba niños durante mi etapa de estudiante. Sólo esperé el momento de formarme para poder desarrollar mi trabajo de forma correcta y profesional.

Todo lo que me aporta son satisfacciones. Tengo el pleno convencimiento de que si el trabajo se realiza con suma entrega, pasión e ilusión diarias,  de manera impecable, el resultado no va a ser otro que la satisfacción personal y la motivación.

 

A lo largo de este tiempo trabajando con diferentes familias y recogiendo diferentes experiencias, seguro que tienes recuerdos y sensaciones inolvidables con los pequeños y/o sus papás o abuelos ¿te importaría compartir alguna de ellas?

Me vienen tantos momentos emotivos a la memoria… En Londres una de las madres la cual tenía un hijo con problemas de adaptación y lenguaje cuyos avances conmigo fueron magistrales, me llamaba SANTA TERESA DE CALCUTA (unía a un sólo nombre el de las dos Santas). No cesaba de llorar cuando le dije que me volvía a Madrid. En su primera carta, sus palabras fueron: NUNCA PODRÁN NI MIS PALABRAS DECIRTE NI MI CORAZÓN AGRADECERTE TODA TU AYUDA. Les he seguido visitando y ellos a mí. Todavía me emociono…

A un niño en el parque le preguntó una señora si yo era su madre y le contestó: noooo pero es «mi Carlota». Y bueno, la mayoría de las madres cuyos bebés prematuros he atendido  durante los primeros meses de vida me siguen llamando MADRE haciéndome a día de hoy partícipe de los momentos familiares más entrañables.

Carlota en este momento está trabajando a jornada completa. Si te gustaría contactar con  ella o con perfiles similares no dejes de escribirnos a info@enbrazos.com