Hoy os vamos a contar la pequeña escapada de cuatro días que hemos hecho a París. Desde luego, podréis encontrar mil guías detalladas sobre cosas que hacer allí, por lo que no pretendemos mejorar esa info. Sólo contaros un poquito de las cosas que nosotros hemos hecho, teniendo en cuenta que estoy embarazada 🙂 y que viajamos con una niña de tres años y unos amigos con un bebé. ¿Te apetece conocer algo más de lo que hicimos? Pues aquí van nuestras ideas.

Lo primero que quería contaros es algo que ya sabéis, pero que yo hace muchísimo tiempo que no experimentaba… ¡Qué bien viene viajar! Sólo el hecho de salir de la rutina, ver otras situaciones, descansar de horarios… ¡Madre mía! Cómo nos ha venido a todos. Teniendo en cuenta que espero bebé para julio, sabemos que este verano va a ser casero… así que nos decidimos por el último viaje siendo tres. Además pudimos coincidir con unos amigos, por lo que salió redondo del todo.

Pues bien, los vuelos sacándolos con tiempo con Easyjet no salen muy mal de precio. Tened en cuenta que hemos ido en marzo, pero si lo planeas bien puedes ahorrar bastante. Teníamos en mente pasar un día en EuroDisney, pero el resto queríamos disfrutar de Paris, que desde luego es una ciudad preciosa. Nos alojamos cerca del parque de la Villette, un hotel muy limpio y reformado, con el metro al lado y bastante bien de precio. La suerte es que ya habíamos estado en Paris, por lo que íbamos sin prisa ni presiones para tener que verlo todo, sino disfrutando de las calles y parándonos a cada momento.

 

Cuando visitamos una cuidad con niños, las cosas se ven desde otra perspectiva …Puedes estar en un sitio increíble y ellos encuentran los juegos, los parques, la diversión allá a donde van… Fijaos lo que encontramos justo al lado de la torre Eiffel.

 

Mi hija se entretuvo con los pájaros, con un tobogán improvisado, en el tiovivo, corriendo por la escaleras… Además tuvimos suerte y nos salió el sol un poco… Lo que se agradece sobre manera, porque vaya frío más horroroso…

 

Así que otra cosa que me encantó son los bares a pie de calle de Paris, donde poder parar y tomar un cafe au lait y resguardarse un poquito. Alejándote de las zonas más señaladas los precios son más asequibles, aunque la verdad cualquier cosa en Paris sale por un pico.

 

     Callejear, ir al metro, todo es una aventura y cualquier sitio vale para jugar… Desde las  escaleras del metro a la taquilla. Adriana ni corta ni perezosa diciéndole a la gente, «no te entiendo». Aunque fijaos, en dos días ya viene diciendo bonjour, ça va bien?

 

Para los golosos no tiene desperdicio la verdad, qué maravilla, entre unas cosas y otras nos hemos puesto las botas 🙂 Veremos mi prueba de glucosa si no me da alguna sorpresa desagradable.

 

 

 

Desde luego, disfrutar de sus grandes avenidas, de pasear, del ambiente… Creo que es lo mejor de Paris.

 

 

Una de mis aficiones es salir a comer y cenar fuera… Eso de elegir, comer cosas ricas y que te lo den hecho me vuelve loca. Normalmente no puedo hacerlo tan a menudo como me gustaría. Pues Paris es uno de esos sitios que tienes donde elegir. Los Bistrot son chulísimos, tienen ese aire bohemio y, con un plato, estás servida. He de deciros que pese a la fama de los parisinos, nos trataron fenomenal. Y fuimos bien recibidos con los niños en todos los sitios. Aunque claro, cuatro días tampoco es significativo de nada…

 

 

 

 

Además Adriana pudo disfrutar de la compañía de su amigo del alma Luca, por lo que fue doblemente bueno.

 

 

Nos decidimos también a visitar la ciudad de los niños, en el parque de la Villette. Pensamos que a ellos les gustaría. Estaría bien antes informaros de horarios y actividades porque hay muchísimas cosas. Y como veis ellos disfrutaron mucho, incluso en un banco antes de entrar encuentran un juego 🙂

 

 

Os estaréis preguntando… ¿Y EuroDisney? Pues sí, fuimos un día. Pero eso da para otra entrada, así que en la siguiente os cuento con detalle.

 

 

 

Raquel Huéscar