No voy desde luego a ser yo la que venga a poner solución sobre un tema tan complejo. Pero desde luego, merece la pena pararse un poquito sobre este tema. Llevamos unas semanas «calentitas», en las que he leído de todo, este artículo viene a plantear, ¿qué nos pasa a las mujeres que nos exaltamos tanto con los temas de la crianza?. Es como si tuviéramos que decir, como si de un pueblo se tratara, ¿y tú de quién eres? ¿de las que hace tal o pascual? ¿de las buenas o de las malas? ¿Tú qué opinas?
La realidad de las familias hoy es que buscan información y se preocupan por educar lo mejor posible, eso es verdad. El cambio de la crianza con apego viene a trasladar la evidencia científica a las familias, que intentan hacer lo mejor posible. No obstante, he comprobado que debatir sobre estos temas pone muy nerviosa a las madres.. Y a muchos padres. Por tanto, me gustaría compartir contigo algunas reflexiones:
- Mirad, no existe un único modelo de maternidad. Existen tantos como madres. ¿O acaso existe una única forma correcta de hacer las cosas? «La Manera». Virginia Satir, una brillante terapeuta americana llegó a encontrar 250 maneras diferentes de fregar los platos. Algo tan sencillo, dependiendo de quién lo hiciera, cambiaba por completo. ¿Cómo no va a pasar con algo mucho más complejo como el maternaje? Por favor, cada una hace lo que puede y encuentra la mejor forma de criar en familia, en pareja, sola… Y tampoco todos los bebés son iguales. Uno tiende a ser la mejor madre que puede ser, nunca una madre perfecta (eso no existe, así que no busques).
- Hay una frase que escucho a menudo y que me hace bastante gracia, yo no haré con mi hijo/a esto que hicieron conmigo. Y, por un lado, tiene un aspecto positivo, ya que me replanteo cuestiones de mi infancia y de la crianza que tuve. Pero por otro, ¿no os parece que nos reduce libertades? Es decir, a veces podemos irnos al extremo opuesto y nos aleja de nuestro yo más íntimo y de lo que necesitamos como padres. Como mi madre hacia tal y pascual, pues ahora yo no me separo de mi bebé, aunque la situación se está haciendo insostenible y estoy cansada, por ejemplo.
- Es importante poder conocer y verbalizar la parte frustrante de la maternidad. A veces siento que se convierte en tabú y que, pese a estar, no puede ser nombrada por algunas madres. Es como si de repente decir que a veces estás cansada, que has perdido los nervios con tu hijo/a, que no querías levantarte por la noche o que levantaste la voz… simbolizara que eres una madre pésima y te sales del esquema que tienes en mente. La realidad de las buenas madres es así, estamos limitadas. Eso implica que no podemos darlo todo y darnos del todo continuamente. Asumirlo cuanto antes te hará más feliz, te colocará en posiciones de realidad y eliminará remordimientos. Educar desde la culpa es muy perjudicial, ya que continuamente tendrás que «compensar» algo incorrecto.
Así que, aceptemos nuestra limitación como madres, buscando el disfrute en cada momento. Y, desde luego, conéctate contigo misma para poder guiarte por la madre que quieres ser y no la que otros piensan que es mejor.
Raquel Huéscar
Totalmente de acuerdo!!!!
La maternidad es una experiencia alucinante, yo lo recomiendo a diestro y siniestro. Me inunda de felicidad poder disfrutar de mis pollitos… Pero he de reconocer que es, también, una tarea agotadora, que a veces no puedo más, y me apetecería tomarme un copazo con las amigas….
Así es, experiencia única. Además, cada uno hace lo mejor que puede en función de sus necesidades. Cada madre es la mejor para cada hijo. Buena, pero no perfecta. Y, ¡claro que sí! con muchos momentos en los que apetece hacer otras cosas… En los que sales, te enriqueces, disfrutas y echas de menos 🙂
Completamente de acuerdo. Salvo algún caso aislado, toda madre quiere lo mejor para sus hijos y lejos de querer ser madres perfectas (que como bien dices no existen) son (somos) las mejores a ojos de sus hijos. Un día se pierden los nervios (completamente razonable) y otro día habrá doble ración de besos. Que somos humanos!!! ;-). Muchos besos!
¡Claro que si! Eliminemos la culpa que tanto mal hace a nuestro día a día. Y así seremos más felices.. Y además, mejores madres